La
publicidad sin lugar a dudas es el arma vital para dar a conocer y lanzar al
mercado un producto nuevo ... pero hasta donde estamos dispuestos a llegar con
tal de venderlo?
Sin lugar a dudas, y aprovechando este post
para informar a nuestros lectores, los
límites deben ser claros: no debe inducir a error a los consumidores, no debe
ser contraria a la moral y las buenas costumbres, no debe ser engañosa, inexacta, entre otros.
Y ese fue lo que sucedio con Maybelline New York,
cuando tres consumidoras de la marca, decidieron presentar una demanda por
considerar que la marca había realizado publicidad engañosa, al afirmar que
"su brillo de labios se mantiene vibrante y brillante, pero transparente,
y no se desvanecen durante 10 horas".
Esto fue lo que motivó a que Carol Leebove, Wanda Santa y Denise Santiago
compraran sus productos y al notar que los efectos que la publicidad prometía no
se cumplieron, decidieron iniciar acciones legales contra la firma, el pasado
Viernes en la Corte de Manhattan (Leebove et al v. Maybelline LLC, U.S.
District Court, Southern District of New York, No. 12-07146)
El
objeto del reclamo es claro: persigue ante la violación de las leyes de defensa
del consumidor que alegan haber sufrido, una demanda colectiva que reconozca los daños causados.
Si
bien aun la empresa no se ha expresado, se espera que ni bien sean notificados
de la demanda, den a conocer su postura sobre el tema.