Falsificaciones en la industria de la moda


 
De medicamentos, juguetes, relojes, lentes de sol, indumentaria, calzado, marroquinería. Las imitaciones abarcan cualquier producto que merezca ser copiado y sirva para sacar beneficio económico.


En la industria que nos ocupa, las marcas cobran un papel protagónico. No solo porque son el contacto del diseñador con los consumidores, sino porque a través de la asociación las mismas con la reputación de su creador, constituyen la motivación de muchos consumidores por adquirir tal o cual producto. El carácter trascendental que las mismas tienen es indiscutible.

Dentro de las falsificaciones mencionadas, encontramos las de las marcas de moda, entendiendo por tales a los actos de fabricación, venta o distribución de productos que llevan una marca idéntica o muy parecida a otra ya registrada. Lógicamente, esto es en desmedro de la legitima y con intenciones de apropiarse de cierta reputación en algunos casos, y de diseños característicos en otros.

Históricamente, éste fue un delito asociado a China, pero estudios recientes indican que también países como Rusia, Argentina, Brasil, Egipto, Indonesia, Israel, Paraguay, Turquía Ucrania y Venezuela, resultan nuevas amenazas en la materia. Así, una encuesta de la consultora Ipsos - Mora y Araujo , concluyó que el 60% de los argentinos adquieren productos piratas, y muchos creen que las empresas no se ven afectadas por este tipo de reproducción fraudulenta (Fuente: Prensa Económica, 2007). 

Así, hay quienes denominan el counterfeiting (como lo llaman las legislaciones anglosajonas) como "el delito del siglo 21". Y no parecen estar errados. Siendo que las industrias a las que ataca, son industrias que generan miles de millones de dólares al año, dejando miles "víctimas" a su paso: empezando por el diseñador, pasando por el publico que muchas veces es engañado (mayormente en los casos de "réplicas AAA", por ej.); el Estado que se ve privado de cobrar sus impuestos y controlar la actividad, ya que en la mayoría de los casos se efectúa de forma clandestina; los trabajadores, que como consecuencia de esa falta de control, muchas veces se ven obligados no solo a trabajar de forma ilegal, sino en condiciones denigrantes; el medio ambiente, ya que como consecuencia de la informalidad en el proceso de producción, muchas veces se ve seriamente dañado por el desecho de productos altamente contaminantes, sin ningún tipo de tratamiento que evite o disminuya el impacto ambiental; y así podemos continuar.

Por ello, es que las falsificaciones deben ser perseguidas y condenadas. Porque existen numerosos perjudicados "silenciosos" que sufren las consecuencias de la misma forma que el principal perjudicado. 

Algunos estados de los distintos países han dimensionado el problema y están comenzando a tomar cartas en el asunto: en lo que respecta a la venta por internet, en EEUU existen programas para denunciar las falsificaciones de productos que se comercialicen a través de Ebay - VeRO-.

A nivel local, MercadoLibre, dentro de sus políticas,  ha desarrollado un Programa de Protección de la Propiedad Intelectual que tiene el objetivo de impedir que sean ofrecidos en su plataforma, “artículos que violen algún Derecho de Propiedad Intelectual, sea derecho de autor, de patentes, de marcas, modelos y/o diseños industriales u otros derechos de terceros. Las personas adheridas al Programa, quienes sean titulares de derechos o cualquier Usuario podrán identificar y solicitar la remoción de aquellos artículos que a su criterio infrinjan o violen lo establecido en los Términos y Condiciones Generales.”

Pero en el caso de venta online, muchas veces nos enfrenta a los abogados a otro gran inconveniente: el problema de la jurisdicción.

Mientras que una empresa se preocupa e invierte dinero en desarrollar productos que marquen tendencia, invierten dinero en publicidad, en comercialización, en marketing para posicionar su marca, en personal debidamente registrado, en políticas de producción que cuiden el medio ambiente, hay una industria paralela e ilegal que está esperando que así lo haga para, mediante la copia, beneficiarse de ello. 
Esto es inaceptable. Todos debemos tomar conciencia. Y ayudar desde nuestro lugar a combatirlo: empecemos por no consumir sus productos.