Ingresé en el Diseño de Indumentaria, luego de estudiar y trabajar en
Arquitectura, desconociendo, tal vez de manera inocente, dos cuestiones que no
son propias de la Argentina y tampoco actuales, pero que hoy no dejan de
molestarme.
Por un lado, que las marcas que producen indumentaria copien los
diseños de otras marcas. La copia y la falta de diseño de muchas marcas
de renombre que instalan bajo el nombre "nueva colección" atenta
contra las posibilidades de que el diseño argentino crezca y se fortalezca.
Por otro lado, la búsqueda desmedida de dinero que tienen algunas
marcas, que llegan incluso a explotar a trabajadores para
abaratar costos en todo el proceso de producción, con la simple
idea de ganar más dinero, a costa de cualquier cosa. Utilizan trabajo esclavo
para vender moda; pagan sueldos irrisorios a diseñadores, talleristas, comerciantes,
y a todos a quienes sea posible abonarles menos.
Comencé como docente en la Universidad de Buenos Aires en el 2008 y me
propuse desde ese pequeño lugar, generar un cambio, a través de la palabra y de
la acción. Principalmente trabajando para terminar con esos dos grandes males
expuestos anteriormente: la copia y los talleres esclavos. Mostrando videos,
hablando de casos puntuales, comentando costos de prendas, sueldos básicos de
talleristas, diseñadores, etc.
Con nuestro accionar como diseñadores, somos
parte de todo el proceso productivo y debemos hacernos responsables de esto. Es
importante mostrar a los futuros egresados, qué hacemos los diseñadores y cómo
involucramos a los otros, en la cadena productiva. Somos solidariamente
responsables.
Diseño los
productos bajo la metodología proyectual, es decir desde la idea rectora, hasta
la conformación de un diseño acorde a nivel estético, comunicacional,
morfológico y funcional según lo planteado. Los modelos se encuentran
registrados en la Dirección de Modelos del Instituto Nacional de la Propiedad
Industrial (INPI). El diseño es el valor agregado de los productos, y
única forma de diferenciar las marcas.
La producción de los bolsos y carteras, la realizo en talleres que
trabajan de manera transparente. Para eso voy personalmente a los talleres,
observo el espacio donde se cortan y confeccionan, analizo la cantidad de horas
que trabajan, el trato, hablo con los talleristas. Todo es a pulmón y con mucho
esfuerzo. Compro materia prima nacional y realizo pocas cantidades.
Mis costos
son altos, porque pago justo, y la cadena productiva la realizo en baja escala
y eso tiene un mayor precio. Quiero crecer como marca, pero de manera
transparente y bajo una modalidad de trabajo justo.
Conocí marcas de indumentaria y de accesorios capaces de hablar
orgullosos de sus trabajadores, reconociendo sus esfuerzos y pagando de manera
justa. Saben dónde están sus prendas/zapatos, sus materias primas, y conocen
los ojos y las manos de quienes día a día aportan a su marca.
Desde mi lugar intento hacer un aporte a todo esto. A esto me sumo,
tanto como diseñadora y como consumidora. Porque las cosas no son baratas ni
fáciles de producir. Porque cuando estoy pagando menos puedo estar apoyando la
explotación y la injusticia.
Todo lo que consumimos diariamente es parte de una cadena, es un
eslabón, que puede ser grande o chico, pero que cuesta dinero.
Todos debemos hacernos responsables de nuestras acciones, porque somos
parte de una sociedad; debemos hacernos cargo de nuestros actos y ser
consecuentes con lo que hacemos.
La moda, la industria de la moda, del diseño de indumentaria, generan
trabajo, pero en muchos casos trabajo esclavo. Contra eso debemos trabajar.
Copiar o no copiar. Comprar o no comprar. Mirar, analizar y luego
consumir. Aportemos a que todos crezcan. Aquí, en Argentina, en India, en China
o donde sea. Todos tenemos derechos, libertad de elegir y no de ser
sometidos. Y no desconozcamos, o no digamos "no sabía" porque hoy se
sabe, se habla...hablemos.
Paola Cirelli
Diseñadora de Indumentaria UBA
Diseñadora de Pitimini