Abogada de la Universidad de Chile, ha sido litigante en diversas materias civiles, criminales y de responsabilidad médica. Hoy ejerce la profesión de manera independiente, además de ser Abogada del Centro de Asistencia a Víctimas de Atentados Sexuales (CAVAS) de la Policía de Investigaciones de Chile.
Fuente: LWYR
Durante dos días se realizó la II Jornada Argentina de “La Moda y el Derecho” y I Jornada Latinoamericana de Derecho y Negocios de la Industria de la Moda, a la que tuve el honor de ser invitada a participar en un panel y que se llevó a cabo a fines de agosto de este año, bajo el alero de la Universidad Austral, en Buenos Aires. En dicha ocasión se trataron varios temas relacionados con la industria de la moda y los negocios jurídicos complementarios a ella, y contó con la participación de abogados y otros profesionales vinculados con este mundo, quienes expusieron varios puntos que me parecieron interesantes.
Uno de ellos es el desarrollo del concepto de “moda sustentable”, presentado como una tendencia que se instalará en el futuro. Este apunta a crear conciencia en el consumidor para que, a la hora de adquirir un producto, prefiera aquel que provenga de un proceso productivo que sea amigable con el medio ambiente. Cabe destacar en este punto la exposición de la socióloga argentina Susana Saulquim.
Según algunos expertos en la materia, esto apuntaría a volver a la esencia del lujo en su significado primitivo, pues en sus orígenes éste se relacionaba con el uso de materias primas nobles en la confección de prendas y la manufactura artesanal. Y también a dejar de lado una serie de tendencias que actualmente están en boga como el fast fashion, por mencionar un ejemplo.
Pero la sustentabilidad no sólo incluye el cuidado del medio ambiente, sino también va vinculado a lo social. En relación con esto, un dato no menor es que en Asia existen actualmente alrededor de 40 millones de trabajadores empleados por la industria textil, que ejercen sus labores en condiciones extremas. La realidad anterior se reproduce, lamentablemente, en talleres clandestinos en Argentina y Brasil, países que aún mantienen grandes niveles de producción local ligada a indumentaria.
Más allá de cómo está planteado este concepto, en el sentido de colocar en el consumidor la responsabilidad de hacer efectivo un control sobre la producción de la industria de la moda, no es aventurado señalar que es posible imaginar el logro de los objetivos planteados mediante una regulación más estricta y coordinada en relación a los fines buscados. La labor anterior debe ser especialmente encargada al Derecho aduanero, Derecho del Trabajo y de protección al Consumidor.
También fue interesante escuchar la opinión de otros actores de la industria que no pertenecen al ámbito jurídico y conocer cuál es la percepción que ellos tienen sobre la relación derecho-moda y cómo les afecta en lo que se refiere a diversos aspectos, como por ejemplo la protección de determinados derechos, como el derecho a la imagen, de autor, de propiedad industrial, por nombrar algunos. Y la necesidad de fortalecer las herramientas jurídicas para que sean más eficaces.
La jornada se realizó en el Palacio Balcarce y contó, además, con la participación de los abogados chilenos Jimena Rodríguez Donoso y Christian Vidal Beros; de Pamela Echeverría, Susy Bello Knoll (organizadora) y Lucía Spagnolo, de Argentina, expertas en Derecho de la Moda, quienes estuvieron como expositoras en el primer Seminario de Derecho & Moda realizado en nuestro país el año pasado y esperamos tenerlas presente nuevamente en el segundo encuentro nacional que se efectuará el próximo 13 de noviembre de este año, en dependencias de la Universidad Mayor.
Resultó muy interesante constatar cómo este tema ha tomado fuerza y ello se ve reflejado en las diversas actividades de tipo académico realizadas en distintos países, como asimismo de la importancia que tiene el marco jurídico que regula esta industria para que finalmente exista una competencia más justa que permita su desarrollo.