A nadie sorprende ver una mujer vestida con pantalón vaquero en la ciudad de Nueva York; pero cuando Malala, ganadora del premio Nobel, lo usa, es un acto político.
En cualquier parte del mundo, la individualidad puede ser un delito; y la vestimenta, una forma de protesta.
En una charla sobre el poder de lo que vestimos, Kaustav Dey explica que la moda puede ser un lenguaje no verbal para el disenso y nos anima a expresarnos con autenticidad.