CUANDO LA MODA MERCANTILIZA EL FEMINISMO



Las marcas de ropa han sabido sacar rédito de los movimientos sociales. Una vez que el feminismo se ha vuelto un movimiento masivo a escala internacional, con el #MeToo en Estados Unidos y multitudinarias manifestaciones —como las que se dieron el pasado 8 de marzo en todo el mundo y las celebradas en apoyo a la víctima de La Manada en España—, la moda ha sabido incorporar las consignas de este colectivo para su propio beneficio, según sostienen algunas voces feministas. La marca de ropa Stradivarius, de la empresa española Inditex, ha puesto a la venta por seis euros una camisa blanca con el mensaje “No es no” estampado en negro.
De esta manera, Stradivarius se ha sumado a la ola de las firmas low-cost en estampar en sus prendas mensajes feministas. Esta vez ha hecho del lema No es no su propia bandera, en referencia a la negativa de las mujeres a tener relaciones sexuales, muy presente en las manifestaciones contra la puesta en libertad de los miembros de La Manada celebradas en distintas ciudades de España el pasado 22 de junio. La marca española sacó a la venta hace seis meses una camiseta con el lema Everybody should be feminist (Todo el mundo debería ser feminista) y también ha puesto a la venta otras prendas similares con mensajes como Girls do not dress for boys (Las chicas no se visten para los chicos) o My body, my mind, my choice (Mi cuerpo, mi mente, mi elección, en alusión al derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos); Women rule (Las mujeres mandan), Women will change the world (Las mujeres cambiarán el mundo) y Girls support girls (Las chicas apoyan a las chicas).
Para Chelo Hernández, integrante del movimiento feminista de Madrid, lejos de difundir el mensaje feminista, Stradivarius “lo único que hace es publicidad utilizando el feminismo”. “El sistema capitalista intenta sacar dinero de cualquier cosa”, asegura y precisa que para difundir realmente el mensaje feminista lo que le hace falta al movimiento es “salir a la calle” y “tener presencia en los medios”.
Esta tendencia a apropiarse de los lemas feministas tiene ya bastante recorrido. Durante la Alta Costura de París, para la campaña primavera-verano de 2017, la diseñadora Maria Grazia Cihuri —la primera mujer en la dirección de Dior— lanzó una camiseta con la inscripción We should all be feminists (Todos deberían ser feministas), título de un ensayo publicado por la escritora feminista nigeriana Chimamanda Ngozi. El manifiesto feminista se convirtió en una prenda de 500 euros, cuyos beneficios fueron destinados a una organización benéfica liderada por Rihanna.
Inspiradas por la compañía francesa, la firma catalana Mango creó una prenda con el mensaje estampado All women should be respected (Todas las mujeres deberían ser respetadas) para su colección Primavera-Verano 2017. El diseñador Prabal Gurung no tardó tampoco en vestir a la modelo Bella Hadid con su diseño The future is female (El futuro es femenino) para el desfile Otoño-Invierno 2017/2018, que la marca Sfera copió después poniéndola a la venta en versión low-cost. Una parte de los beneficios de los diseños de Gurung fueron destinados a la fundación American Civil Liberties Union, Planned Parenthood y Shikshya Foundation Nepal.
Girls can do anything (Las chicas pueden hacer cualquier cosa) de Zagid & Voltaire o Girls just wanna have fundamental rights (Las chicas solo quieren tener derechos fundamentales) son otros lemas feministas que se han dejado ver estampados en camisetas.
El feminismo no es la única víctima de la moda en la actualidad. Las tragedias humanitarias también lo son. Recientemente la empresa United Colors of Benetton fue criticada por la ONG SOS Mediterranée después de que la marca italiana usara imágenes tomadas durante el desembarco de los migrantes de Aquarius en Valencia para una campaña publicitaria en medios de comunicación.
Fuente: El País