IT FASHION
El proyecto Layers de Marta Vidal, a través de impresión 3D. © ELISAVA.
La globalización es puro fruto de un sistema que solo aspira al crecimiento económico sin pararse a mirar lo que se lleva por delante. Nuestros ojos son meros testigos de la devastadora integración mundial del capitalismo que avanza sin freno; el ritmo de la producción acelera cada día más para satisfacer las necesidades de una sociedad educada para encontrar la felicidad en un par de zapatos. Y así es como el fast fashion del que tanto hemos hablado convierte la industria textil en una masiva productora de residuos. Como ya os contábamos anteriormente, las cifras son alarmantes: la industria de la moda es la segunda más contaminante del planeta después del petróleo (más de una fuente apunta que ya se sitúa en la primera posición), y la segunda que más agua contamina seguida de la industria eléctrica, produciendo el 20% de las aguas residuales que se generan a escala global. Y a todo esto: ¿Dónde queda nuestra responsabilidad con el planeta tierra? No podemos cambiar de un día para otro una tendencia mundial tan impregnada en la sociedad, pero sí buscar vías sostenibles para cuidar el mundo que nos sostiene vivos. Por lo tanto, la sobreproducción de residuos está despertando la conciencia en el sector de la moda donde ya se pueden entrever cambios importantes que dan cierta esperanza de cara al futuro. Y es que, a pesar del epicentrismo humano, tenemos una de las mayores facultades para corregir nuestros errores: el don de crear. ¿Cómo se mueve el mundo hoy en día? La tecnología es la respuesta y la innovación es la herramienta que nos permite recrear nuestra forma de vivir. Así pues, la impresión digital y la impresión 3D se están impulsando como una nueva vía de fabricación textil para aquellos que apuestan por la moda sostenible. He aquí algunos ejemplos:
El ritmo de la producción acelera cada día más para satisfacer las necesidades de una sociedad educada para encontrar la felicidad en un par de zapatos. La innovación es la herramienta que nos permite recrear nuestra forma de vivir.
Hace ni más ni menos un mes que hablamos con la ingeniera y diseñadora Marta Vidal, impulsora de Layers. Este proyecto surge a raíz de una investigación del impacto ambiental de la industria de la moda hoy en día. ‘’Saber que cada año se tira la superficie de Suiza (en metros cuadrados de tela) a vertederos hace un clicken tu mente’’, confiesa Vidal. Tras explorar todo el ciclo de vida de un producto fruto de la tendencia del fast fashion, la ingeniera y diseñadora decidió enfocarse en la fase de cortado y cosido de patrones; en la que se desecha entre un 15 y un 20% de materia prima que no ha sido utilizada. De ahí, Marta Vidal se centró en procesos productivos que no generaran desechos, y así fue como surgió Layers. Este proyecto sostenible abre una puerta a un proceso de fabricación textil mediante impresión 3D, y así las prendas de Layers toman forma con una máquina de fabricación aditiva; se usa la cantidad de material justo para generar el volúmen deseado. La impresión 3D, además, conlleva una fabricación textil sin generación de merma, algo difícil de conseguir si se componen prendas a partir de patrones. ‘’De manera que las posibilidades tanto estéticas como técnicas son muy vastas. Eso abre campo a la exploración de un nuevo entendimiento de los tejidos’’, asegura la creadora.
Parte de la colección Fall 2018 Ready-to-Wear de Richard Quinn, elaborada a través de la impresión digital. © GIOVANNI GIANNONI/WWD.
Si las impresoras láser hubieran sido sustituidas por impresoras de inyección en tinta, habríamos ahorrado hasta 333.000 toneladas métricas de CO2 para 2020. El equivalente a retirar algo más de 71.000 vehículos de la circulación.
Por otro lado, Epson apuesta por la impresión digital textil y asume como objetivo la lucha por el medio ambiente a través de la generación de una tecnología eficiente y del desarrollo de una innovación sostenible. La empresa acaba de publicar el informe de sostenibilidad europeo The Green Choice, donde asegura que, si las impresoras láser hubieran sido sustituidas por impresoras de inyección en tinta, habríamos ahorrado hasta 333.000 toneladas métricas de CO2 para 2020. Tan fuerte como que el ahorro de emisiones equivaldría a retirar algo más de 71.000 vehículos de la circulación. Y es que, tradicionalmente, el sector de la impresión digital se ha asociado a altos niveles de contaminación y repercusión negativa para el medio ambiente. Sin embargo, Epson ha escogido un camino sostenible con el fomento y la implantación de las impresoras de inyección en tinta, las cuales, al generar menos residuos y menos consumo energético, se han instaurado como una gran apuesta para el futuro verde de las empresas.
En el último año han aumentado un 29% las colecciones de moda que salen de una impresora. Gracias a esta tecnología, hoy un diseñador puede disponer de una colección completa en apenas una semana.
En este mismo momento, miles de personas se encuentran comprando por Internet: eligiendo diseño, talla y color para recibir en un máximo de una semana su pedido en casa. El fast fashion cada vez impone más el sentido de la inmediatez, provocando cambios profundos en el sector de la moda; ya sean empresas pequeñas, medianas o grandes. Según CIPRINT, el mayor encuentro del sector de la impresión digital textil en España que reúne a fabricantes y proveedores de todos los sectores, en el último año han aumentado un 29% las colecciones de moda que salen de una impresora. Gracias a esta tecnología, hoy un diseñador puede disponer de una colección completa en apenas una semana. Así pues, el principal beneficio que ofrece la impresión digital para la moda es el ahorro en el tiempo de producción; muy necesario para mantenerse al ritmo del mercado condicionado por la tendencia del fast fashion.
Otra de las marcas que apuesta por la impresión 3D: Giddy Up. © Vogue.
En 2025 la moda en impresión digital supondrá un 50% respecto al otro 50% de textil tradicional analógica. Resulta la opción más viable y aceptada por el sector de la moda para mejorar en cuanto a niveles de producción de cara al futuro, además de sostenible.
Y qué ocurrirá en el futuro? Pues, después del encuentro de CIPRINT, se anunció que en 2025 la moda en impresión digital supondrá un 50% respecto al otro 50% de textil tradicional analógica. No obstante, Marta Vidal considera que la industria está reaccionando de forma lenta porque, primero, las grandes empresas tienen que dejar de ser esclavas de su propia magnitud: ‘’Tienen un sistema de producción tan implantado, una relación tan larga con sus proveedores y una estructura interna que no les permite reaccionar de forma ágil’’. Por lo cual, según la ingeniera y diseñadora, la pequeña y mediana empresa es mucho más adaptable a los cambios rápidos y toma menos riesgos. ¿Saldrá de ahí el verdadero movimiento sostenible? Ahora cabe esperar que el sector de la moda siga implantando cambios y que el consumidor tome conciencia sobre comprar basándose en aquello en lo que cree (esto es: valores). Por lo cual la impresión digital y la impresión 3D resultan, ahora mismo, la opción más viable y aceptada por el sector de la moda para mejorar en cuanto a niveles de producción de cara al futuro, y lo más importante: sin dañar el medioambiente. Así pues, la posibilidad de un futuro sostenible no es tan onírica como parece.
Los materiales más utilizados para la impresión 3D son el PLA y el ABS, dos plásticos estables que se consideran muy contaminantes y potencialmente peligrosos para la salud.
Sin embargo, también debemos pararnos a pensar si la implementación de estos dos tipos de impresión tienen factores negativos en el proceso de fabricación. Lyndsey Gilpin de TechRepublic escribió un artículo sobre los riesgos de las impresoras 3D en el cuál menciona que los materiales más utilizados para la impresión 3D son el PLA y el ABS; dos plásticos estables que se consideran muy contaminantes. Según un estudio del Instituto de Tecnología de Illinois, cuando la impresora 3D trabaja con el PLA emite 20 mil millones de micro-partículas por minuto, que se depositan en los pulmones o el torrente sanguíneo y plantean riesgos para la salud. Los filamentos ABS son los más utilizados y más contaminantes. Por un lado, emiten hasta 200 mil millones de micro-partículas por minuto; y por otro, al llegar al punto de fusión, el ABS desprende gases que en concentraciones altas pueden ser nocivos. Así que trabajar cerca de estas impresoras conlleva problemas para la salud de los trabajadores y contamina fuertemente el aire.
Parte de la colección Couture Fall 2018 de Iris van Herpen, elaborada a través de la impresión en 3D. © Swan Gallet/WWD.
Si todo el proceso de fabricación textil se digitaliza en un futuro, esto supondría una crisis para la mano de obra que hasta ahora se ha encargado de llevar a cabo todo el proceso de producción manual; una pérdida de prácticas tradicionales donde el factor humano es prescindible en cuanto a la fabricación de las prendas.
¿Y qué impacto supondría la impresión para la industria? También hay que recordar que la moda empezó como un oficio artesano basado en unos valores culturales y sociales, muy alejados de los actuales objetivos de producción en masa. Y aunque todavía se mantiene cierta práctica artesanal en cuanto a diseñadores underground alejados del mercado de la producción masiva y en la alta costura, parece que en este punto ambos tipos de impresión salen perdiendo. Si todo el proceso de fabricación textil se digitaliza en un futuro, esto supondría una crisis para la mano de obra que hasta ahora se ha encargado de llevar a cabo todo el proceso de producción manual. Sin duda, tanto la implementación de la impresión digital como la impresión 3D conllevan una reducción de la mano de obra que supone una pérdida de prácticas tradicionales donde el factor humanoes prescindible en cuanto a la fabricación de las prendas. Sin embargo, este impacto podría ser positivo si tenemos en cuenta que gran parte de la mano obra de la industria textil, a nivel mundial, trabaja en condiciones infrahumanas: se calcula que aproximadamente 1 de cada 6 personas en el planeta trabaja en algo relacionado con la industria textil, muchas veces vinculadas con problemas de pobreza, género y maltrato laboral.
Si la tendencia de crecimiento demográfico sigue en esta línea, se calcula que en 2050 se necesitarán tres veces más recursos naturales que en el año 2000 para poder sustentar la industria textil, responsable del 26% de los gases culpables del calentamiento global.
El futuro apunta hacia el crecimiento desmesurado de la población mundial. Por lo tanto, si la tendencia de crecimiento demográfico sigue en esta línea, se calcula que en 2050 se necesitarán tres veces más recursos naturales que en el año 2000 para poder sustentar la industria textil, responsable del 26% de los gases culpables del calentamiento global. La situación ya es insostenible per se y cada día que pasa somos más conscientes de las consecuencias que conlleva el cambio climático. Haciendo un balance de las ventajas y las consecuencias de ambos tipos de impresión, el impacto de estos métodos de fabricación podria ser un empujón hacia la verdadera sostenibilidad en la industria textil. Una oportunidad de recrearnos y demostrar que somos capaces de vivir en armonía con nuestro planeta. Continuará.