Aunque parezca un sector basado en la belleza, la apariencia e inicialmente inofensivo, la de la moda es una industria muy agresiva, la segunda más contaminante del mundo después de la petrolera. De ahí que cada vez más marcas y empresarios busquen que el ciclo de sus prendas sea más eficiente y limpio. Pero ya no es solo una cuestión privada: los países están empezando a tomar cartas al respecto, y Francia será uno de los pioneros en esta cuestión.
Como avanza el medio especializado Women’s Wear Daily, Francia prepara una ley que prohibirá la destrucción de prendas que se queden fuera de la venta. La iniciativa parte de la Secretaría de Estado del Ministerio de Transición Ecológica, en concreto de Brune Poirson, su secretario. La norma nace de una idea de 2018 del primer ministro Edouard Philippe, que anunció 50 propuestas para poner en práctica iniciativas de economía circular. La iniciativa está en su fase final y se aprobará a finales de año, según informa desde París Silvia Ayuso.
La industria del lujo en el mundo de la moda vive de la exclusividad. Es su base y su objetivo. De ahí que las prendas sean específicas, con lista de espera. El excedente no está bien visto, por lo que ciertas casas de moda deciden deshacerse del sobrante con prácticas poco éticas como la destrucción o la quema. En verano de 2018 se conoció que la británica Burberry había hecho arder sus excedentes, valorados en más de 32 millones de euros; entre ellos, 11 millones en perfumes. Aunque argumentaron que la energía generada con la quema se almacenaba y que, por tanto, no contaminaba, finalmente en septiembre decidieron acabar con esta práctica.
Si el problema de la industria del lujo es controlar la cantidad de productos a la venta, el de otras marcas de pronta moda es el exceso de producción. De ahí que en primavera de 2018 se supiera que H&M acumulaba en sus almacenes una cantidad de ropa con un valor superior a 3.400 millones de euros y que parte de ella se quemaba.
El de Francia es el primer paso legislativo de enjundia por parte de un país, pero no por la Unión Europea. En 2015 la UE creó el llamado European Clothing Action Plan, que busca mejorar las prácticas del ciclo, desde la obtención de fibras al consumo a la producción o el reciclaje, y al que destinó 3,6 millones de euros. Según un informe del portal Business of Fashion, la industria de la moda desecha 500.000 millones de euros de ropa al año. Además, Francia es uno de los países pioneros en políticas medioambientales, que hace un año decidió prohibir los platos y cubiertos de un solo uso, una decisión que meses más tarde se extendió a toda la UE.