LA NACION
Forever 21, la cadena de fast fashion que enamora a adolescentes y jóvenes de todo el mundo, se está preparando para una "potencial bancarrota" en medio de una crisis en sus cuentas y sin más herramientas para renegociar sus deudas.
Así lo informó la agencia Bloomberg esta semana. "La compañía ha estado en conversaciones para conseguir financiamiento adicional y trabajó con un equipo de consejeros para reestructurar sus deudas, pero las negociaciones con los posibles acreedores se han estancado", dice el artículo.
El foco de la compañía ahora está en asegurar un préstamo del tipo "deudor en posición" para poder ingresar la compañía en el Chapter 11 (la figura estadounidense que equivale a un pedido de quiebra).
Ese pedido de quiebra ayudaría a la firma a deshacerse de locales que no son redituables y a recapitalizar el negocio. Según Bloomberg, esto implicaría un problema en el sector del real estate comercial, ya que Forever 21 es uno de los locatarios más importantes en el mundo de los shoppings. Es de los pocos que quedan luego de una "ola" de bancarrotas en el sector del retail.
Ese pedido de quiebra ayudaría a la firma a deshacerse de locales que no son redituables y a recapitalizar el negocio
Forever 21 nació en 1984 en Los Ángeles, California, como "Fashion 21". Según información en la web de la compañía, cada seis meses la marca abría un nuevo local. Actualmente, la empresa tiene 600 representaciones a nivel global y 35.000 empleados.
Su creador, el inmigrante surcoreano Do Won Chang, lavó platos, limpió oficinas y trabajó como empleado de una estación de gasolina tras mudarse a Estados Unidos junto a su esposa, Jin Sook Chang, en 1981.
Cuando consiguieron juntar US$11.000 en ahorros, la pareja decidió comprar una tienda de ropa que estaba a la venta cerca del departamento de una habitación donde vivían junto a los padres de Do Won. Se dedicaron a la "moda rápida" ( fast fashion, en inglés), que implica una producción muy veloz, a precios mínimos y con materiales de baja calidad.