¿Sabes el precio que pagas por las 'apps' gratuitas?

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¿Cuántas apps tienes instaladas en el móvil? No hace falta que las cuentes, pero seguro que no son un par, ni siquiera una docena… Ya no nos imaginamos la vida sin que Spotify nos recomiende música basándose en nuestros gustos, sin que Google nos pida que puntuemos el restaurante en el que acabamos de comer, o sin que el calendario menstrual nos avise de va a comenzar nuestro periodo. 
Las aplicaciones nos ayudan en nuestro día a día, trabajan para hacernos la vida más sencilla o entretenernos y, normalmente, sin pedirnos dinero a cambio. ¿Qué ganan entonces?
“Lo primero que tenemos que tener claro es que nada es gratis en esta vida. El servicio que nos dan estas aplicaciones lo pagamos con nuestros datos”, explica Borja Adsuara, profesor y abogado experto en derecho digital. “Hay dos mundos en el tema de los datos: las empresas de telefonía, electricidad o banca, a las que pagamos y no pueden comercializar con nuestros datos ni cederlos a terceros; y las aplicaciones, redes sociales o el emails, que se financian gracias a nuestros datos”, aclara.
Si son empresas y nos ofrecen servicios, obviamente, deben ganar algo a cambio. The New York Times realizó una investigación el año pasado fijándose en la actividad de 1,2 millones de dispositivos únicos, de los que en tan solo tres días pudieron recibir más de 235 millones de localizaciones. La investigación aseguraba que las aplicaciones son hoy la columna vertebral de este nuevo tipo de economía de datos.
Además, somos nostálgicos y nos encanta que nos recuerden qué hacíamos un día como hoy hace seis años, cuál fue nuestra serie favorita el año pasado, o cuál fue la banda sonora de nuestro verano en 2015.Pero todos estos recuerdos han dejado de ser personales para engrosar las bases de datos de multinacionales, y puede llegar a resultar inquietante el modo en el que nuestras aplicaciones están al corriente de nuestra vida.
Sin embargo, es importante destacar que la cesión de datos no tiene por qué ser entendida de manera negativa. “Es algo razonable siempre que sepamos qué van a hacer con esos datos. Si es para hacer publicidad segmentada –el uso más común- seguramente nos compensa”, comenta Adsuara. ¿A ti también te salen anuncios de productos que has estado buscando o de tiendas cercanas a tu casa? Eso es la publicidad segmentada, puede ser muy molesta a veces, o útil en ciertas ocasiones, pero en ese caso tus datos solo son utilizados para enfocar a las marcas hacia el targetcorrecto.
“La televisión tampoco la pagamos, se financia con anunciantes, por eso en un primer momento pensábamos que ese era el modelo”, dice el abogado, pero el mundo de Internet tiene su propia praxis, y la venta de datos va más allá. Las compañías de datos de ubicación, por ejemplo, pagan a los desarrolladores de aplicaciones entre medio centavo y dos centavos de dólar por usuario al mes, según la investigación de The New York Times.
El problema llega cuando no sabemos que nuestros datos se están comercializando. “Incluso los que somos conscientes no tenemos información suficiente. Los términos y condiciones de uso son muy ambiguos y a las empresas les sirven para cubrirse las espaldas, además nadie se los lee. Son muy extensos, los de Twitter por ejemplo ocupan 18 folios y encima están escritos con lenguaje técnico y ambiguo, y aunque se entendiese no los puedes negociar, no puedes pedir cambiar el punto 4”, lamenta el experto. 
Para Adsuara la solución sería que existiera una autoridad que se ocupara de leer y valorar si alguna de las cláusulas que la empresa impone es abusiva, y en ese caso que un juez decidiera sobre su legalidad. “Esto sería una opción, porque hay cláusulas en las que no existe un equilibrio entre lo que das y lo que recibes a cambio”, valora el experto. “También hay expertos que reclaman incluso una participación en los beneficios de la empresa”, cuenta Adsuara, se trataría de ceder el uso de nuestros datos a la compañía –una práctica que ya se lleva a cabo- pero con la obtención de una comisión a cambio.
Te suena FaceApp ¿verdad? Todo un boom que hace unas semanas hizo que nuestras redes sociales se llenaran de selfies de abuelos, nuestros amigos se habían convertido de pronto en octogenarios gracias a la Inteligencia Artificial. “Esa tecnología es muy cara y obviamente aunque la app sea gratuita no nos la regalan. Nuestras fotografías sirven para seguir entrenando esa tecnología y mejorar un producto que después van a comercializar”, afirma el abogado.
El caso de FaceApp podría ser un ejemplo de cesión de datos consciente a cambio de un beneficio económico para el usuario. En su lugar, Adsuara destaca que “pueden hacer lo que quieran con nuestros datos, los hemos regalado a cambio de una foto de cómo envejeceremos”.
En definitiva, a la hora de descargarnos una aplicación, los consejos del experto son claros: 
1. TEN SOLO LAS QUE USES
No acumules apps que no vas a usar y solo estan ocupando espacio en tu móvil. Se están quedando con tus datos sin que tú obtengas ni siquiera algún beneficio.
2. INFÓRMATE
Dedica un tiempo a leer los términos y condiciones antes de descargar una nueva app para ser consciente de dónde van a acabar tus datos, y valorar si quieres o no que suceda.
3. COHERENCIA ANTE TODO
Si quieres disfrutar de un servicio de geolocalización obviamente tendrás que ceder tu ubicación, pero si vas a utilizar la app de la linterna no tiene sentido dar acceso a tu localización. Presta atención a los permisos que das, no des a la ligera acceso al micrófono o la cámara de tu móvil. 
4. PRESTA ATENCIÓN AL ORIGEN
Adsuara aconseja también comprobar si la empresa de la aplicación que te vas a descargar está en Europa, ya que la normativa europea es actualmente la más segura con relación al tratamiento de los datos. FaceApp, por ejemplo, incumple todos los puntos de la normativa, pero es rusa por lo que no puede ser sancionada. En el caso de las compañías de Silicon Valley como Facebook y Twitter, sí son sancionables porque cuentan con una sección en el territorio europeo
Las empresas que no cumplen con la protección de datos se exponen a sanciones de hasta 20 millones de euros o el 4% de su facturación,la cantidad mayor de ambas. “La medida se aprobó pensando en las grandes multinacionales de Internet, no en pymes, y pueden suponer la quiebra de la empresa”, apunta el abogado. 
Ahora que eres consciente de todo lo que pasa en tu móvil, puedes elegir qué servicios te compensa tener y de cuáles te conviene prescindir. “Para vivir en la sociedad y aprovechar las ventajas de la tecnología tienes que dar datos, el problema es saber a quién. No es muy distinto a la vida real”, concluye el experto. “Imagínate que vas al médico y no le dices lo que te pasa, hay determinados servicios en los que claro que tienes que dar datos, pero ¿le contarías tus secretos a un desconocido?”