El trabajo infantil, un factor importante en las cadenas de suministro de Asia y América Latina



El trabajo infantil está presente en las cadenas de suministro globales desde sus niveles más bajos y su prevalencia supera el 20 por ciento en regiones como el sudeste asiático o América Latina, según un informe elaborado por varias organizaciones y que por primera vez estima el peso que tienen los niños en un mercado que trasciende fronteras.





En el mundo trabajan 152 millones de niños y hay 25 millones de niños y adultos víctimas de trabajos forzosos, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que junto al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha puesto el foco ahora en la cadena de suministro.

Estas organizaciones reconocen que es "muy difícil" determinar cuántos menores están implicados en esta línea que va desde la producción a la venta y que habitualmente traspasa fronteras, pero han puesto en común los datos de los que disponen para emitir al menos una estimación de la mano de obra infantil en dichas cadenas.
Así, han determinado que la zona oriental y sureste de Asia es la que mayor prevalencia tiene de trabajo infantil, con un 26 por ciento. Agricultura, el sector textil, el comercio, la minería y el transporte son los sectores que presentan un mayor riesgo en esta región.

En América Latina y el Caribe, donde la tasa llega al 22 por ciento, los sectores más problemáticos serían la agricultura, el comercio, la hostelería, el transporte y el textil, según el informe, que incluye a esta región como segunda de la lista.

En la zona sur y centro de Asia y en el África subsahariana, la prevalencia del trabajo infantil en las cadenas de suministro ronda el 12 por ciento, mientras que en el norte de África y en Asia occidental es del 9 por ciento. El estudio no incluye, por falta de datos, a Europa, Norteamérica y Oceanía.

Los expertos atribuyen la presencia de trabajo infantil, trabajo forzoso y trata de personas en las cadenas mundiales de suministro a una mezcla entre las lagunas legislativa y el incumplimiento de la normativa; las presiones socioecónomicas sobre los trabajadores; y la conducta empresarial que aún persiste en ciertos entornos.

El director general de la OIT, Guy Ryder, ha subrayado que el informe evidencia la "necesidad urgente" de tomar medidas para poner fin a los abusos que se cometen a lo largo de la cadena, lo que pasa por examinar en primer lugar las causas subyacentes a la explotación, especialmente en los mercados y sectores que operan dentro de la denominada economía informal.

El secretario general de la OCDE, Angel Gurría, ha llamado a los gobiernos a "aumentar y acelerar los esfuerzos para garantizar que las empresas respetan los Derechos Humanos en sus operaciones y durante toda la cadena de suministro". En este sentido, ha reclamado "negocios responsables".

Consecuencias en los niños


Para el director general de la OIM, António Vitorino, los datos expuestos en el informe "dejan claro que los trabajos contra la trata de personas en las cadenas de suministros globales no servirán si no trascienden a los proveedores inmediatos", lo que pasa por ejemplo por examinar también la labor de otros actores que trabajen en actividades tales como al extracción de minerales o la agricultura.

En juego está el desarrollo de la infancia, ya que como ha recordado la principal responsable de UNICEF, Henrietta Fore, "el trabajo infantil puede tener consecuencias negativas de por vida para el desarrollo físico, mental y social", toda vez que deja a estos menores "sin la posibilidad de jugar y aprender".

"Necesitamos atender las causas que empujan a los niños a trabajar, como la pobreza y la violencia. También necesitamos soluciones concretas para garantizar que las familias tienen fuentes alternativas de ingresos y que los niños tienen acceso a educación de calidad y servicios de protección", ha reclamado Fore.